Wednesday, November 25, 2009

Mas allá del ritual… la noche del “Sí, acepto”



Hermosillo, Sonora, Noviembre 14, 2009.

Es sábado, los preparativos para este momento han sido calculados y planeados. Todos los involucrados están en sus puestos y listos para empezar la función. Cada uno tiene su labor, ninguna menos importante que la otra ya que es en conjunto que se logra el todo perfecto.

Todo empieza con la imagen perfecta de la novia radiante. Espectacularmente ataviada, pero principalmente adornada con su enorme sonrisa que nos llena a todos. El novio en su papel, serio y formal, entrando confiado a esta aventura de vivir en compañía, no puede evitar hacer sutilmente obvio su encanto al ver a su ángel.

La ceremonia se realiza con un ambiente tranquilo, rodeados de la gente que los quiere y protege. Para quien cree, la gracia del sacramento empieza a hacer su trabajo, llenando todo de una sensación de paz que se confunde con ternura. Para quien no cree, es simplemente un momento que no requiere explicación pero que se siente familiar. Para todos, es el inicio de la celebración.

Y es así como continúa lo que fue una de las noches mas llenas de magia que he vivido, en parte por el ambiente creado a base de detalles medidos y cuidados, perfectamente elegidos e incorporados, pero principalmente por la sensación de euforia, de amor, de compañía, de alegre algarabía, de ser familia. Convivir y vivir ese momento con primos, hermanos, maridos, tíos, padrinos, ahijados, abuelos, padres, madres, sin edad ni tiempo, sin pose ni falsos intentos, simplemente me llenó. Los abrazos sinceros, las palabras que salen de muy adentro, los reencuentros, sentimientos a flor de piel y amor del bueno, del que no se puede esconder pero no siempre nos atrevemos a demostrar.

Entre todo lo que sucedió ese día, principalmente fue la noche del “Sí, acepto”: acepto que soy vulnerable ante la vida; acepto que no soy nadie sin mi familia. Acepto que es por mis carencias del pasado que soy lo que ahora soy y puedo llegar a ser, al verme en los ojos de mi gente, mi sangre. Acepto que el amor lo puede todo, y vale la pena hacerlo todo por amor. Aceptarnos como somos y querernos por lo que somos, no es lo más fácil de hacer; y es en noches como ésta donde se hace tan obvio que es realmente un desperdicio no aprovechar el instinto y dejarnos llevar por la emoción.

Es la emoción de ser parte de momentos inexplicables, como la risa de niño de un hombre gigante al ver a su hija brillando como nunca; de las lágrimas de perla de una mujer hermosa al verse en su niña, su hija, enamorada y plena. Del momento en que esas niñas hoy hechas mujeres nos abrazaron a mi hermana y a mi para compartirnos a su papá, al que se quiere más que a nadie, el viento bajo sus alas, su héroe. La memoria de eso que sentimos, la sensación vivida, me la llevo conmigo; se queda grabada para siempre y me recuerda cada que cierro los ojos que no estamos solos, somos parte de un todo y acepto el compromiso de trascenderlo a los que nos siguen en el camino.

Tuesday, November 24, 2009

Por amor al juego - Post temporada de baseball - Séptima y última parte

Domingo 19 de octubre, lo que podría ser el final no esperado de un regreso impresionante o el inicio de el clásico de otoño con los campeones defendiendo su título. Después de lo que han logrado no una, si no ya con esta tres temporadas, las esperanzas y confianza están desbordadas; para mi este séptimo juego es mas de trámite que necesario. Los red sox son por mucho, los campeones de la liga americana, pero no; la regla marca ganador al que se lleva 4 de 7 juegos y hoy, es el último, uno mas, el definitivo.

Abriendo por Boston, nuevamente Lester con la posibilidad de sacarse la espina de la derrota anterior; abriendo de nuevo en St.Petersburgo con el apoyo de la defensiva bostoniana que tiene más corazón y garra que cualquiera. Necesitamos que la ofensiva venga a matar para poder contrarrestar la sicología aplicada que Maddon de seguro y como ha demostrado, trabajó con sus jugadores para sacar la casta y no dejarse vencer. No está fácil, en este juego, no hay nada para nadie; lo único que queda es analizar quien viene mentalmente mas afectado: unos Rays que hace tres juegos ya se veían celebrando y que a estas alturas continuarían lavándose la champaña del cabello, o unos Red Sox que hace unos días no tenían mas futuro que ese mismo juego y que uno a uno han venido de atrás para enfrentarse de igual a igual el día de hoy. Y empezando el juego, llega Pedroia a poner las cartas sobre la mesa – home run solitario para iniciar con ventaja de 1-0. El pitcheo de Lester sólido, consistente, pero igual el de Garza quien no permite ninguna otra oportunidad de agrandar la ventaja. Pero a Lester ya lo estudiaron, lo tienen perfectamente analizado, saben en donde le duele, que es lo que sigue, como va a querer dominar; los Rays se han vuelto especialistas en vencer medias rojas y Yankees, pero no especialistas en ganar. Es entonces que viene la carrera del empate para Rays. En Tropicana Field este empate les sabe a victoria; si estuviéramos en Fenway seria un silencio que ensordece. Pero la historia se esta escribiendo esta temporada en Florida.

Llega la carrera de la ventaja, ambas producidas de forma sencilla, manufacturadas, la primera con doblete de Longoria y la segunda con sencillo de Rocco Baldelli; 2-1 en Tropicana Field en la quinta entrada… es la locura; pero tienes que creer y medias rojas tienen todavía cuatro oportunidades de alcanzar y ganar. Llega la séptima entrada, misma que resulta perfecta para Aybar que batea home run que agrega una mas para el 3-1. No pasa nada; no quiero que pase nada; quiero seguir creyendo y los nervios de empatía con un equipo cuyo espíritu los tiene aquí contra toda estadística y contra toda posibilidad me están ganando; tengo que creer. Y después de la séptima entrada, los red sox no permitieron nada a los Rays, ni una sola carrera más, ni una sola humillación mas; lo único que queda por hacer es encontrar la ventana de oportunidad que les permita repetir la hazaña, esta vez, solo necesitan dos para empatar y tres para ganar. Son dos entradas las que quedan para hacerlo; justo antes del último out de la novena entrada, me levanté de mi lugar para caminar la ansiedad, para controlar la emoción y ser objetiva, para permitirme respirar, para poder volver y ver que mis red sox, que ellos, lo hicieron de nuevo.

Pero no. No sucedió. El juego terminó. Y es ahí, cuando no pude ver el festejo que debió ser nuestro y me desplomé como hacía mucho tiempo no lo hacía, me perdí en un sentimiento de tristeza como hacía tiempo no sentía; el resto de la noche fue desahogarme y tratar de entender, no el resultado del juego, ese fue muy claro, si no como encontrarle sentido a lo que vi, sentí y lloré. Cuando las esperanzas de que algo suceda son tan altas, cuando la expectativa de lo que podemos lograr rebasa cualquier lógica, cuando la emoción de vivir lo que sigue va más allá de cualquier razón, es cuando sentimos con más fuerza pero también cuando nos caemos desde lo más alto y cuando mas duele.

En mi opinión, hay dos formas de ver baseball: verlo fríamente con estadística, porcentajes y técnica en mano y planear el resultado acorde a lo que matemáticamente debe suceder, o ver el baseball con el corazón en la mano, analizando reacciones humanas de cada jugador y del equipo con posibilidades de desafiar cualquier probabilidad. Yo prefiero la segunda. Un fan de los red sox no puede verlo de otra forma.

Antes del milagro del 2004, cuando los redsox volvieron de estar tres juegos abajo contra cero ante los Yankees, no solo para alcanzar si no para ganar el playoff y posteriormente ser campeones, habían pasado 86 años. Fue en 1918 la última vez que Boston fue el máximo campeón del baseball de grandes ligas. Entre 1918 y el 2004 pasaron grandes jugadores, algunos reconocidos como leyendas del deporte, que empezaron y terminaron su carrera creyendo en los medias rojas, siendo media roja de camiseta y de corazón; Ted Williams jugo 19 temporadas, dos veces interrumpidas por cumplir su servicio militar como piloto de los Marines, todas con los medias rojas de Boston; Carl Yastrzemski vivió sus 23 años de carrera profesional haciendo historia con los red sox; Jim Rice, otro grande que dedicó su carrera entera desde 1974 hasta 1989 a ser media roja. Todos ellos tienen en común no solo haber sido grandes exponentes del deporte, haber sido la imagen perfecta de lo que es ser un media roja; también tienen en común el JAMÁS haberse llevado un anillo de serie mundial. Esas son agallas, mantenerse en pie y firmes con un equipo temporada tras temporada, con la frente en alto y la esperanza de una temporada más con la posibilidad de ser campeones; para ellos nunca sucedió. A partir del 2004 la historia de los redsox tomo otro rumbo, empezaron a cosechar triunfos en terreno preparado por el sudor y las lágrimas de los antecesores constantes y fieles que no se dejaron vencer a pesar de nunca haber ganado. Eso es baseball, ese es el espíritu de creer, esa es la magia que nos hace continuar en la lucha.

Todos los días nos levantamos sabiendo que cada año, de abril a octubre, hay otra temporada que nos da la esperanza de lograr el objetivo; pero, cual es realmente el objetivo? Ganar? Un anillo? Ese es el merito máximo, es la corona que nos pone en el escaparate público como grandes; pero al final del camino, el objetivo máximo fue sentir, vivir con pasión lo que más nos gusta, llenarnos el pecho de la energía que en cada momento nos recuerda que el final no esta escrito, que lo podemos cambiar, que podemos creer que sucede y que, mientras no llega, mientras no sepamos en que va a terminar, nos mantiene al borde del asiento sabiendo que sí se puede. Es importante tener en claro la meta, pero si en el camino a lograrla no vivimos cada paso con toda la intensidad y como si en eso te fuera la vida, si nos permitimos pensar en la posibilidad de fracasar en el intento, si no nos reconocemos vulnerables al final para disfrutar la gloria o llorar el fracaso, entonces la magia se nos escapa de las manos; es vivir con estadística y probabilidad; es vivir considerando que podemos no llegar. Es vivir por vivir, y en la vida como en el baseball, el juego no acaba hasta que se acaba.

Friday, November 20, 2009

Life according to me, lesson 8

Honesty is a gift that must be shared…in your daily activities, with your people, with your decisions. Sometimes you fail on being honest with the world, but never to yourself. At the end of the day, deep inside, you know the truth… it is inevitable: you can run, but you can’t hide.


Previous lesson

Wednesday, November 18, 2009

Por amor al juego - Post temporada de baseball - Sexta Parte

El siguiente juego, el sexto, es en St.Petersburgo, Florida, en la casa de los Rays. Va a ser el sábado, mismo día en que yo estoy viajando de regreso a casa; tomo el vuelo a la misma hora en que el partido empieza, por lo que ya estoy mentalizada en que no voy a poder ver lo que pudiera ser el último juego de los Red Sox; claro, el hecho de no verlo y de estar en vuelo al mismo tiempo que ellos me da la libertad de imaginarme cualquier resultado que yo quiera – en mi mente Beckett esta tirando un no-hitter; en mi mente Pedroia acaba de hacer el home run que los pone arriba; en mi mente J Pap viene fulminante a acabar de nueve tiros la ultima entrada. En mi mente, los medias rojas orillaron a los Rays a un séptimo juego. Pero igual y no, igual y los Rays tienen agazapados a los Sox, los tienen nuevamente abajo 7 a cero; los tienen aturdidos con los cencerros que se meten hasta los huesos; los medias rojas acabados y los Rays festejando por todo lo alto que son los campeones de la liga americana. Pero abro los ojos, veo por la ventana las luces lejanas de Tucson y una voz por las bocinas indicándonos que estamos por llegar y que me prepare para saber el resultado real y final del juego de hoy – frase que es en parte producto de mi imaginación creativa pero que igual fue lo que entendí cuando nos indicaron apagar los aparatos electrónicos, abrochar el cinturón de seguridad y esperar a que el avión pare por completo y a que la señal de cinturones este apagada para empezar a bajar.

Y es entonces cuando confirmo cual de mis teorías fue la correcta: es entonces cuando me entero que el resultado del juego del sábado, el sexto juego, fue de 4 carreras a 2, con un home run solitario del capitán, con la ayuda de un tiro errado a primera del equipo contrario, con un desempeño impecable del pitcher abridor; no precisamente como lo imaginé, no paso por paso, pero si con el resultado que esperaba – los red sox ganaron el sexto juego mandando la serie a un séptimo juego!. Todo o nada en Tropican a Field. Se vale soñar, porque a veces, los sueños se hacen realidad.

Continuará... la última parte.

Sunday, November 8, 2009

Una luz en la obscuridad

Caracas, Venezuela; Noviembre 8, 2009. Domingo de baseball en la liga Venezolana

El estadio del Magallanes en lleno total; este domingo se vive el clásico Caracas – Magallanes. Los leones de Caracas están derrotando a los Navegantes de Magallanes en Valencia, en casa, 4 carreras contra dos. En un estadio repleto no sólo a nivel de tribuna, pero aun mas saturado a nivel publicitario – un collage de colores, letras, sabores y ungüentos. Veo publicidad inclusive colgando del umpire principal, cual arbolito navideño humano.
Es increíble ver esta afición, a prueba de todo. El ánimo de llenar un estadio a pesar de los tiempos, sin importar restricciones ni intentos cotidianos de coartar las libertades y garantías. Es la magia del baseball que no tiene fronteras cuando esa pasión se vive de corazón.

El Magallanes va ganando la serie pero el día de hoy va perdiendo por dos. Al cierre de la sexta entrada y con un solo out, los Navegantes prenden la máquina para poner hombre en base que se roba segunda en un intento de acercarse en el marcador. Base robada y base por bola simultáneamente, aderezada por más publicidad que invita a refrescar la jugada. Y cambio de pitcher del Caracas. El Magallanes incansable, anotando una carrera más al cierre de la sexta entrada.

En Venezuela equiparan la rivalidad ancestral entre los Leones del Caracas y los Navegantes de Magallanes, a la más grande rivalidad beisbolera de todos los tiempos: Red Sox de Boston y Yankees de Nueva York. De forma inicial eso fue lo que me atrajo a ver el partido por Venevision este domingo; no pude evitar sentir curiosidad y un cierto morbo. Pero más allá de eso, de buscar una equivalencia, es impresionante ver un béisbol latino con más de 90 años de historia, que no ha demeritado su fuerza y ánimo, tanto de parte de los jugadores como de sus seguidores, aún cuando el entorno social no es precisamente alentador. Hay otros países de Latinoamérica en donde se han quedado sin temporada de béisbol por falta de asistencia a los partidos, por apatía deportiva y muy probablemente, migración de jugadores al béisbol de grandes ligas. Tal es el caso de Puerto Rico, estado libre asociado de los Estados Unidos de América, con todas las libertades sociales que eso puede implicar. Definitivamente: a mayor limitaciones mejor capacidad de reacción y respuesta.

Parte alta de la novena entrada, Leones sigue arriba 6 carreras a 4. El estadio sigue lleno, disfrutando, como pregona la publicidad de una malta regional bien fría, que ayuda a pasar el trago amargo del home run del Caracas, el segundo de la noche de Jesús Guzmán que va de 5-5. Eternos rivales los Leones, imponiéndose en el cierre de la novena entrada. Se siguen oyendo los gritos, siguen arriba los cantos; se escuchan las sirenas Navegantes, pero no se concretan las carreras y termina el partido, ganando los Leones 8 carreras contra 4.

A pesar de la derrota de los Navegantes, para todos los asistentes locales en Valencia y fanáticos leales de su equipo, una cosa es destacable: la posibilidad de ver un juego de béisbol de noche, con un estadio iluminado a cuatro esquinas y tablero electrónico funcionando. Cosas como ésta se aprenden a valorar, porque en cualquier momento las medidas ahorradoras de energía, “sugeridas” pero obligatorias, de un gobierno unilateral y omnipotente, llegarán al ámbito deportivo apagándole el alma nocturna a los estadios y así tener sólo juegos de día, a la usanza Wrigley Field A.L (Antes de Luces, circa 1988). Sea como sea, mientras se tenga béisbol de calidad, fanáticos leales y encendidos, jugadores con garra, la oportunidad de sentirse libre de apoyar a quien se desee y estar, al menos por 9 entradas, en el Venezuela de antes, se mantendrá una luz encendida en medio de tanta obscuridad.

Wednesday, November 4, 2009

The silent cry

Caracas, Venezuela November 4th, 2009

It was early when I arrived. The streets were packed with cars, bikes and people selling stuff, buying stuff, yelling stuff. I had just enough time to take a quick shower, grab a small coffee and head to work. While riding on the back of the car I started to look around, I tried to see beyond the obvious. And then it kicked me: to my left, a magnificent range of mountains covered with a dense and low fog... it was the sadest look of a city pretending everything is all right, trying to believe is going to be fine. A tree was emerging on one side, covered with white birds. They didn't sing, nor did they move. They were just there looking to the other side of the road, towards a mountain hiding from reality behind the wet hug of a selective fog, that was just covering the beautiful side of the street. The rest, was cristal clear. Or at least it was to me. That's how it felt anyway. The silent cry of a  country waiting for it's people to wake up from their collective numbness.

Monday, November 2, 2009

Por amor al juego - Post temporada de baseball - Quinta Parte

St. Joseph, Michigan - Octubre 15-16, 2008

Héroes vestidos de blanco y rojo; el campo de batalla resguardado por un gigante verde y custodiado por más de treinta y nueve mil apasionados. Héroes de carne y hueso; humanos a quienes les pedimos más, mucho más que a cualquier otra persona. Trabajar bajo la mirada crítica de los que nos decimos fanáticos pero no toleramos errores. El baseball es más mental que físico; Pedroia nos lo ha demostrado con su pequeña estructura llena de poder. Cuando el ánimo esta abajo todo el equipo lo resiente – Lowel fuera y a cirugía; Lester falló, nuestro gran Lester, permitió una derrota vergonzosa y en casa. Wakefield, veterano fiel, dando una de sus peores actuaciones y retirado, tardíamente, en la tercera entrada de este segundo juego en Fenway. Medias rojas abajo ya 6 a 1 y los Rays imparables. Arrogancia hecha equipo, jugando baseball sin alma pero efectivo; equipo manejado por Maddon, inteligente, organizado; ha estudiado cada jugada y posibilidad en contra de su rival. Medias rojas caídos sin poder alcanzar y permitiendo que la ventaja entrada tras entrada se agrande. Puedo notar un sentimiento de anestesia general, jugando por jugar, sin defender el uniforme; mierda, sin creer! Perdiendo este juego la serie se pone 3-1 con otro juego en Fenway, todo o nada. Son los RedSox, son los campeones, son los que regresan de atrás y arrancan cabezas; qué es esto entonces, el impulso? Es acaso la carnada para bajar la guardia a unos Rays crecidos y potentes para volver de atrás y ganar con gloria? Esto, es baseball.

Big Papi despertó y un batazo largo que tenia cara de doble se vuelve triple al sorprender corriendo con todo su ser y llegando barrido a tercera. No es suficiente. Es demasiado tarde. Los Rays no han dejado de atacar y concretar carreras, no hay quien los detenga y mis medias rojas están contra las cuerdas, otra vez; como en el 2004, como en el 2007. Un día de por medio para re-plantear la estrategia, para admitir la batalla perdida, para reconocer que dependen de una cabeza que tiene que mantenerse fría, tienen que encontrar la debilidad de su oponente; quien piensa con la pasión no puede ser líder, ser líder es saber dirigir a un batallón, saberlo guiar y decirle como detonar esa pasión en el terreno de juego.

Jueves, quinto juego de la serie. Si Medias Rojas ganan hoy se compran boleto sin regreso a Florida, en donde tienen que ganar dos más si quieren defenderse como campeones. No hay vuelta atrás. A favor esta el cambio de pitcher abridor de los Rays, Kazmir, a quien Boston le ha pegado duro y a la cabeza desde Septiembre. Su lanzamiento no es el mismo de antes, su lesión lo ha obligado a mecanizar un movimiento que corta el efecto. Nada es garantía, hasta el más seguro puede venir en su peor momento y cualquiera puede despertar y dar la sorpresa. El compromiso ahora es aprovechar lo que el oponente ofrece para magnificar sus talentos y ganar. Boston está por demás desmoralizado, están echados y esperando la estocada final. Dice-K ha permitido ya tres home runs que tienen a los Rays 5 carreras arriba, afianzando su posición y restregándoles en la cara una neo-supremacía que portan como si la conocieran de siglos. Esa es la actitud, esa es la estrategia, así se ganan los juegos… aunque me duela, aunque no me guste, aunque me retumbe en la boca del estómago, están haciendo lo que se tiene que hacer, pero sin alma.

Séptima entrada, JPap al montículo; no es común para un cerrador de su categoría, pero no hay mañana; Jpap no sólo permite 2 carreras más, si no que da una base intencional. Todo parece indicar que es el principio del fin. Champaña fría en el vestidor de visitantes. Fenway en silencio. Turno al bat de Medias Rojas, Lowrie con un doble profundo, pero no más, ya hay dos outs. Llega Pedroia a defenderse con todo lo que tiene, como si en eso le fuera la vida, porque en esto le va la vida; a dos strikes y llega a primera con hit; hombres en las esquinas para recibir a Big Papi que, después de ir de 1-17 en esta post temporada, despierta para poner la bola en donde solo El la sabe poner! Fenway en llamas! Big Papi! Big Papi! Marcador 7-4; ya es juego señores! Tienes que creer, sólo Boston!

Porque sólo Boston puede prender la maquina después de estar en la lona, porque sólo Boston puede tener a Bay en primera para que con un home run de JD Drew estar a una carrera del empate, porque sólo ellos, sólo ellos logran mantener la cabeza en alto a pesar de estar siendo pisoteados por un cardumen de mantarrayas enfurecidas, sólo hay un equipo que logra que un bateador sostenga la fe por 10 lanzamientos antes de batear un hit que empata un juego que es la antesala de la gloria! EMPATADOS! Todavía hay vida y mas le valdría a Tampa no permitir que Boston gane este juego si tiene la esperanza de verse en serie mundial, porque este juego es el único que Boston necesita, porque es uno a la vez, porque es el único en la mira, sólo por hoy. Y entonces, empieza el milagro – Youk batea un hit que parece robado por Longoria en tercera mismo que con un pésimo tiro a primera regala un doble; Maddon que decide dar base intencional a Jason Bay para enfrentar a JD Drew, decisión abalada ampliamente por the red sox nation, ya que JD Drew batea el hit largo que con dos outs en la novena entrada hacia falta para la carrera de la victoria…BOSTON LO HIZO!!!!!

Ganamos este juego y estamos en la pelea; la serie sigue abajo tres juegos a dos, pero nadie tiene esa capacidad de volver de las cenizas como mis medias rojas, los que me hacen vivir y llorar el baseball, los que me mantienen cerca y de pie, la emoción que se siente en una situación así, el haber sido testigo de uno de los regresos mas dramáticos de la historia de post temporada en un juego, después de estar a siete carreras abajo y ganar, me hacen creer, que TODO es posible.

Continuará...