Saturday, February 13, 2010

El arte de compartir

Buenos Aires, Argentina, Enero 20, 2010


Ritual del mate


Primero que nada, para hacer un buen mate, se requiere buena yerba (de preferencia con el perfecto balance entre palo y polvo y si es de la región de Iguazú, mucho mejor), bombilla y mate o porongo, que es cuestión de gusto y de preferencia, ya que el mate es de madera o de hueso y el porongo de calabaza; previamente el mate debe haber sido curado, ya sea con la misma yerba o con azúcar caramelizada.

Cebar el mate
"El buen cebador sabe que debe utilizar agua caliente a 83 grados centígrados... e identifica la temperatura a puro olfato" explica con la certeza de un matero de corazón. Se llena el mate a 3/4 de su capacidad con la yerba, se le agrega azúcar o miel, se introduce la bombilla tapando la boquilla hasta que toque el fondo, y se va poniendo agua caliente que debemos tener en un termo; no se llena de agua, se pone la medida justa para tomar. El buen cebador sabe cuanta agua es suficiente y, si esta en su punto, el sabor de la yerba resalta sin quemarse. El buen cebador también toma el primer trago de mate, que por lo general se escupe al venir medianamente tibio; es el mate de los tontos, que no se debe compartir.


Compartiendo el mate

El origen del mate es gaucho, no particularmente argentino; viene de los gaúchos brasileños, luego de las pampas; se toma en Uruguay, en Argentina. Es una tradición que va más allá de la bebida. Es compartir, de un mismo mate y una misma bombilla, la experiencia de beber hasta el último sorbo de la porción asignada en cada ronda - el mate no se puede pasar hasta que la bombilla no hizo ruido al tomar, característico de cuando ya no queda más líquido. En éste proceso hay que cuidar hasta la orientación de la bombilla al estar pasando el mate, ya que si no está en la forma correcta es muestra de desprecio.
Es el lenguaje no escrito empapado de mateína y un saborcito que me recordó al tamarindo pero con menos acidez. Si al pasar el mate das las gracias, esta es la señal de que ya no quieres más, que tu ronda ha terminado. Yo lo tomé hasta hacer ruido, dí las gracias y me llené de un sudor frío y el temblor de haber sobrepasado mi límite diario de estimulantes ingeridos.

Gracias chicos...gracias por compartir. 






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